Publishers Weekly en Viñetas: Especial Planeta Comic

Toca hacer un repaso por la actualidad de la editorial Planeta Cómic, una de las más importantes del panorama comiquero en nuestro país y cuyas propuestas, tal y como se va a poder comprobar en el presente artículo, aglutina todo tipo de géneros. Tienen cabida desde superhéroes hasta el manga pasando por la ciencia ficción cinematográfica o clásicos atemporales.

La primera parada la hacemos con un título de uno de los nombres más importantes dentro del manga, que como expresión artística y narrativa ha sido un medio fundamental para explorar diversos temas a lo largo de su historia. En este contexto, el trabajo de Osamu Tezuka, uno de los padres fundadores del manga moderno y etiquetado a menudo como uno de sus dioses, ha dejado una huella indeleble en la historia de la literatura gráfica. Entre su abultada bibliografía, Adolf destaca como una narración intensamente conmovedora y una poderosa crítica social que sigue tan vigente como el día de su publicación hace ya más de cuarenta años. Una obra que nos sumerge en el contexto histórico de la Segunda Guerra Mundial y aborda la trama desde dos perspectivas en paralelo. La primera sigue a Adolf Kaufmann, un alemán con un misterioso pasado del que iremos conociendo más a medida que avancemos en la lectura, y la segunda a Adolf Kamil, un judío nacido en Japón. Personajes cuyas vidas se verán afectadas cuando un tercer Adolf, los horrores de la guerra y el Holocausto hagan acto de presencia, surgiendo entre ellos una relación donde se teje una trama intrincada de traición, amistad y desafío, desarrolládonse con una precisión cautivante que mantendrá al lector en vilo a lo largo de la lectura.

Precisamente, los personajes en Adolf son un elemento fundamental de su apabullante calidad, algo que se consigue gracias a Tezuka, conocido por dotar a sus creaciones de una profundidad psicológica que los hace sentir reales. Aunque los dos protagonistas comparten el mismo nombre, sus personalidades, creencias y destinos son marcadamente diferentes. Una dicotomía que a la postre se convierte en el vehículo ideal para explorar la dualidad de la naturaleza humana y la influencia del entorno en la formación de la identidad. Esto dará pie a una crítica social palpable y pertinente a través de la historia individual de estos dos personajes, ofreciendo al lector una reflexión sobre la naturaleza de la xenofobia, el nacionalismo desenfrenado y los horrores del Holocausto. Tezuka orquesta un testimonio conmovedor de los estragos causados por la intolerancia y el racismo al mismo tiempo que aboga por la amistad y la empatía como antídotos contra estas fuerzas destructivas.

Para Tezuka, Adolf representó un hito en su carrera a pesar de ser ya por entonces un autor aclamado por todos. Esta obra le permitió explorar terrenos más oscuros y maduros que en anteriores trabajos, alcanzando una profundidad en la trama y en el tratamiento de los personajes que no habíamos visto todavía. La valentía exhibida por el autor de Toyonaka al abordar un tema tan sensible, demostró su versatilidad como creador y su compromiso con la narración de historias que desafían la norma establecida. Tezuka no se limita a la mera descripción de eventos históricos sino que los utiliza como un trasfondo para explorar la complejidad de las relaciones humanas y la lucha por la supervivencia en tiempos de guerra, resultando un combinación perfecta de atractiva estética y personajes expresivos cuya fascinación visual sigue perdurando a pesar de su edad. Un paso del tiempo que no ha disminuido ni un ápice el impacto de la obra, gozando de una inmensa relevancia en un mundo en el que la intolerancia y el odio siguen siendo desafíos persistentes. La humanidad puede aprender de los errores del pasado a través de obras como esta, páginas que nos recuerdan las consecuencias devastadoras de la intolerancia y la importancia de la comprensión y el respeto mutuo. Un recordatorio poderoso de las consecuencias devastadoras de estos males y la importancia de la empatía y la comprensión en la búsqueda de la paz y la justicia.

Adolf
Osamu Tezuma. Planeta Cómic. 60,00 euros (1264p.) ISBN: 9788411403627

Y de un clásico a otro. Damos un salto que nos lleva desde Japón a Argentina, un viaje que haremos de la mano de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López, autores de El Eternauta, una obra maestra del cómic argentino que vería por primera vez la luz en 1957, en pleno auge de la Guerra Fría y en un contexto político y social bastante turbulento para el país sudamericano. Un cómic que, a pesar de ser inicialmente una historia de ciencia ficción, captura de manera inigualable la esencia de una nación sometida a la adversidad y la represión, lo que lo convierte en un hito literario y cultural con una relevancia que sigue perdurando a día de hoy. Un relato que se inicia con un grupo de amigos liderado por Juan Salvo, el personaje principal, quienes tras una nevada mortal que asola Buenos Aires se encuentran luchando por sobrevivir en un mundo transformado. La nieve que cae de manera incesantemente resulta mortal y todos aquellos que la tocan mueren congelados al instante. Poco a poco, toda la situación irá evolucionando hacía una lucha desesperada por la supervivencia contra unos seres alienígenas invasores conocidos como los Ellos.

A medida que la trama avanza iremos conociendo más datos acerca de Salvo, de cómo ha sido atrapado en un ciclo temporal condenado a revivir los mismos eventos una y otra vez, de ahí el título elegido por los autores. Todos los personajes en El Eternauta cuentan con más de una capa, una multidimensionalidad que, en el protagonista principal, viene representada en la transformación que experimenta, siendo un hombre común termina convertido en un líder valiente y desgarrado por la responsabilidad de proteger a su familia y amigos en el mundo hostil donde le ha tocado vivir. El resto, como su esposa Elena y su hija Martita, representan la lucha por la supervivencia y la unidad familiar en medio de la tragedia. Otros nombres secundarios del elenco simbolizarán otros conceptos  de vital importancia como son la diversidad y los complejos de la sociedad argentina. Desde un médico hasta un prófugo de la justicia, todos y cada uno de ellos aporta una perspectiva única a la historia y contribuye a las distintas lecturas que permite el texto.

Para comprender la magnitud de este clásico resulta esencial contextualizarlo en el momento histórico en el que surgió. La Argentina del año 1950 estaba marcada por la dictadura militar liderada por el General Pedro Aramburu que restringió las libertades civiles y censuró la prensa y la expresión artística. Otro hecho histórico como fue la Guerra Fría también influyó en la castigada sociedad lo que conduciría a una creciente sensación de desconfianza y temor. Oesterheld y Solano López, conscientes de toda esta situación, crearon una obra que refleja los miedos y las luchas de su sociedad, convirtiéndose en una alegoría de la resistencia frente a la opresión y el totalitarismo donde los invasores alienígenas representan tanto una amenaza externa como un reflejo de las fuerzas que oprimen al pueblo argentino. En medio de la censura, El Eternauta se consideró una vía de expresión subversiva que, a través de la ciencia ficción, abordó temas políticos y sociales críticos sin llamar la atención del censor.

Actualmente, la epopeya de Juan Salvo sigue siendo un testimonio tremendamente válido acerca de la creatividad y la resistencia artística en tiempos difíciles. La obra se ha convertido en un ícono del cómic argentino que ha inspirado a generaciones de artistas y escritores. Su influencia trasciende las fronteras nacionales y continúa siendo leída y apreciada por aficionados de todo el mundo sin perder ni un solo ápice de la consideración universal de la que hace gala desde que viera la luz originalmente.  El Eternauta trasciende las barreras del género y la nacionalidad, su espléndido guión junto a un primoroso dibujo, sus personajes memorables y el riquísimo contexto político que encierra en sus páginas lo convierten en el testimonio perfecto del poder del arte para expresar las realidades de una sociedad amenazada y sumida en una terrible crisis, conmoviendo y estimulando la reflexión sobre la condición humana y la lucha contra la adversidad.

El Eternauta
H.G. Oesterheld y Francisco Solano López. Planeta Cómic. 35,oo euros (376p.) ISBN: 9788491749264

El siguiente volumen forma parte de una de las sagas de ciencia ficción más famosas y veneradas por los aficionados. Planeta Cómic está actualmente haciendo una inmejorable labor recuperando material de Star Wars previo a la actual etapa en La Casa de las Ideas. Aquellos tebeos que vieron la luz al amparo de Dark Horse siguen siendo muy buscados y valorados por los seguidores de la franquicia y estos volúmenes recopilatorios son la mejor forma de hacerse con unas historias que son el complemento perfecto a la saga cinematográfica. Star Wars: Rebelión (Leyendas) centra su foco de atención en la lucha que la Alianza Rebelde plantea al Imperio Galáctico una vez que la primera Estrella de la Muerte es destruida. Aclarar que la adenda de la palabra Leyenda al título del correspondiente tomo hace referencia al contenido del mismo, indicando que estos relatos pertenecen al antiguo universo expandido.

Gracias a un tremendo sacrificio por parte del ejército rebelde, las victorias se han ido acumulando a su favor muy a pesar de la enorme diferencia existente entre ambas facciones. Pequeños pasos que siempre elevan la moral de las tropas pero que solo significan un preludio a las muchas contiendas que aún están por llegar, ya sean triunfos o derrotas, todo servirá para que aprendan hacía donde tienen que dar el siguiente paso. Cómic como los que podemos disfrutar en este volumen nos hacen ver que reducir todas las tramas de la inmensa saga a un combate entre un jedi (Luke Skywalker) y un sith (Darth Vader) no sería el tratamiento más justo. En Rebelion nos vamos a encontrar una serie de elementos que, trasladados al universo creado por George Lucas, van a funcionar en distintos niveles. Un enfoque militar de la historia en el que no faltan las traiciones, los espías, los secretos y las pertinentes batallas entre majestuosas naves van a estar a la orden del día para disfrute del lector.

Hay que tener en cuenta que, a pesar de la calidad y el interés de estos tebeos, fueron facturados previos a la compra de la factoría Lucasfilm por parte de Disney, por lo que muchos habría que ubicarlos fuera de la continuidad, de ahí la mencionada etiqueta Leyendas. Un mal menor que no resta ni un solo ápice de calidad o interés a las páginas que componen estos volúmenes. Tres van a ser los relatos que nos vamos a encontrar. El primero de ellos se centra en la figura de Janek “Tank” Sunber, amigo de la infancia de Luke que actualmente ejerce como oficial del Imperio. Pruebas de confianza, recuerdos del pasado, batallas en X-Wings y la siempre agradecida presencia del lord oscuro harán de esta primera parte una lectura tremendamente adictiva. El siguiente capítulo nos trae a Wyl Tarson, un espía que trabajaba para la Alianza Rebelde pero que también ejercía como teniente del señor del crimen Raze. Todo parece saltar por los aires cuando se descubre hacia quien muestra lealtad, obligándolo a comenzar una huida que lo llevará a traicionar sus ideales si quiere sobrevivir. La despedida la pondrá Deena Shan, personaje que dudará acerca de su papel dentro de la Rebelión. Las continuas decepciones sufridas le harán plantearse qué sentido tiene la guerra en la que se ha visto envuelta y cuales son sus objetivos en la vida. Traumas personales y nuevos retos en una aventura que también contará con la participación de Luke y Leia.

El conjunto global, sin estar relacionado con algunos de los puntos más conocidos por los aficionados, funcionan a la perfección dentro del contexto para el que fueron escritos. El acierto con el que “llenan” los huecos de la historia original es más que de agradecer ya que sirven para profundizar en aspectos menos conocidos de la franquicia. Un trabajo en el que habría que destacar la labor del guionista Jeremy Barlow que consigue captar la esencia de los personajes y las situaciones, aunque no sean conocidos por el lector, mostrándose muy respetuoso con las ideas originales. Por su parte, los ilustradores Michel Lacombe, Brandon Badeaux y Collin Wilson consiguen trasladar de manera más que sobrada toda la espectacularidad mostrada en las películas a un medio muy distinto como es el del cómic. Una línea, la de Leyendas, que sigue atesorando referencias imprescindibles para cualquier seguidor de Star Wars. No nos cabe la menor duda que aún nos quedan muchas más alegrías por disfrutar.

Star Wars Rebelión (Leyendas)
V.V.A.A. Planeta Cómic. 40,00 euros (344p.) ISBN: 9788411404068

Toca volver a cambiar de tercio, esta vez, de la mano de uno de los genios de la industria, Todd McFarlane, creador de un universo tan lleno de posibilidades como es el de Spawn. Nos centramos en las aventuras de una criatura de similar aspecto que su creación más famosa, el singular Haunt. Un cómic tremendamente curioso que terminaría convirtiéndose en una reunión de autores de primera fila, una serie que bien podríamos dividir en dos etapas bien diferenciadas y definidas en las que cada una aporta una perspectiva única e inigualable a un género tan vasto como es el de los superhéroes. Gracias, una vez más, al buen hacer de Planeta podemos disfrutar de ambos ciclos en dos integrales independientes.

La primera etapa nace fruto de la colaboración entre dos titanes de la industria, el mencionado McFarlane y Robert Kirkman, creador de obras maestras como Los Muertos Vivientes e Invencible.  Ambos aportan una visión audaz y creativa que cuenta con la inspiración de un personaje como es Spiderman, intentando atraer la atención de todos esos aficionados y seguidores del trepamuros que estén hastiados de tantos años de historia y continuidad. No estarán solos y contarán con el talento de dos enormes dibujantes como son Greg Capullo y Ryan Ottley, dando vida a este Haunt que desafía muchas de las convenciones establecidas y explora nuevos territorios dentro del género.

El primer volumen sirve como presentación para que conozcamos a  Daniel Kilgore, un sacerdote atormentado por un oscuro pasado (sí, también podemos añadir Predicador como otra musa de los guionistas) y su hermano, Kurt, un agente encubierto fallecido en circunstancias misteriosas. La trama nos conduce al lado más oscuro y retorcido de la vida del primero, creando un contraste fascinante con su rol religioso. Esta dualidad se refleja en la creación del propio Haunt, el espíritu vengador surgido de la fusión de los hermanos Kilgore, que combina elementos de redención y violencia en un todo único. Una trama que no se limita a los típicos enfrentamientos heroicos sino que profundizará en la psicología de los personajes, explorando temas más complejos como pueden ser la culpa, el pecado y la búsqueda de la salvación.

En el apartado gráfico, todo un trabajo en equipo, vamos a encontrar a un Ottley encargado de los bocetos iniciales que terminará Capullo y a los que McFarlane añadirá las tintas, convirtiendo las páginas en un componente esencial de estos primeros números, definiendo el aspecto del personaje y creando una atmósfera única. Su estilo dinámico y expresivo captura de manera magistral la esencia de este héroe atormentado recién llegado que se desliza entre las sombras y cuyo aspecto resulta bastante impactante. La combinación de elementos sobrenaturales, monstruosidades y coreografías de emocionantes combates aporta un nivel de detalle y realismo visual que termina imprimiendo una identidad única al título, utilizando todo tipo de sensaciones para transmitir la intensidad de una historia que nos atrapa en sus redes desde el mismo inicio.

La segunda parte de la obra trae consigo una nueva visión, una renovación a todos los niveles que contará, de nuevo, con McFarlane y el talentoso guionista Joe Casey junto a los impresionantes dibujos de Nathan Fox. Entre todos aportarán un tono y un enfoque muy distinto a su predecesor, haciendo que todo evolucione en otras direcciones. Bien es cierto que Casey opta por añadir elementos algo más lisérgicos al argumento a pesar de centrar la trama en la investigación de un misterio que involucra a nuestro protagonista y su conexión con una organización secreta de gran poder. Todo se vuelve más intrincado, explorando los secretos del personaje y las motivaciones de los antagonistas de una manera que nos mantiene en vilo. Si la primera etapa de la serie se centraba en la lucha interna y la redención de Daniel Kilgore, su continuación amplía el alcance de la historia, introduciendo una complejidad adicional a todo lo que ya había sido expuesto.

El estilo vibrante y experimental de Fox se antoja perfecto para el tono dictado por los guiones de Casey, aportando una nueva dimensión visual a Haunt. Su trazo suelto y eléctrico crea un entorno único que se adapta perfectamente a la evolución del personaje y a la delirante trama. Los colores y las sombras se convierten en elementos esenciales, sumergiendo a los lectores en un mundo que se siente más crudo y caótico que nunca. El de Washington juega con la perspectiva y la composición de las páginas de una manera que desafía las convenciones tradicionales del cómic de superhéroes, aportando, una vez más, elementos diferenciadores con respecto a otros títulos. Todo sirve para explorar temas más oscuros y de marcado carácter psicológico, lleno de matices morales y emocionales de sus personajes como la dualidad entre el bien y el mal o  la condenación., obligando a los lectores a reflexionar sobre cuestiones más profundas y filosóficas de las que estamos acostumbrados a ver en un cómic de superhéroes. Ha pasado bastante tiempo desde que McFarlane decidiera dar carpetazo a la cabecera, prometiendo un reinicio con mayor carga terrorífica pero, a día de hoy, no tenemos noticias al respecto. Seguiremos esperando mientras disfrutamos de estos dos integrales.

Haunt Integral 1
V.V.A.A. Planeta Cómic. 45,00 euros (408p.) ISBN: 9788411404952
Haunt Integral 2
Joe Casey y Nathan Fox. Planeta Cómic. 40,00 euros (232p.) ISBN: 9788411404969

La despedida la ponemos con un imprescindible de la Literatura, una adaptación en viñetas de la inmortal obra firmada por F. Scott Fitzgerald en el año 1925, El Gran Gatsby de Ted Adams  y Jorge Coelho. Clásico estadounidense del siglo XX en el que seguiremos los pasos de un ilustre ciudadano americano que nunca puso límites a sus sueños de llegar muy alto en la vida. Un tipo de producto, estas adaptaciones de novelas clásicas, que nunca suelen poner de acuerdo a los aficionados que se debaten entre la falta de innovación del proyecto, sin aportar nada nuevo a la lectura; o, por el contrario, demasiados cambios con respecto al texto original, no gustando las licencias que se hayan podido tomar los autores implicados. Afortunadamente, el trabajo desplegado por Adams y Coelho, se materializa en una interpretación maravillosa, rebosante de matices, detalles exquisitos y un torrente creativo que nos va a sorprender a base de una serie de recursos inesperados cuyo resultado es de lo más satisfactorio.

No es esta la primera interpretación que se realiza de la obra de Fitzgerald, en el pasado hemos podido acercarnos al título de la mano de Fred Fordham, Aya Morton, Pete Katz, K. Woodman-Maynard o Kang Doha, cuya versión manhwa dejó muy buen sabor de boca. La que nos trae Planeta Cómic cuenta con los lápices de un Coelho muy inspirado, un arte del que ya dejó constancia en títulos del género superheroico como Loki, Vengadores o Spider-Gwen, por lo que este nuevo trabajo supone un cambio de registro total. Adams, por su parte, no tiene fácil hacer suya la novela, una obra compleja donde se refleja el comportamiento de la sociedad adinerada de los años veinte, un ambiente donde las fiestas se celebraban por todo lo alto y existía un optimismo impostado casi obligado. En medio de todo esto encontraremos a Daisy Buchanan cuyo matrimonio, exento de sorpresas, parece pedir un cambio inmediato. Es en este momento cuando conoceremos a Jay Gatsby, un atractivo joven que acaba de regresar de la Gran Guerra y ha descubierto ese nuevo mundo de sexo, alcohol, jazz y desenfreno.

Sin embargo, nada es lo que parece. Jay resulta ser una persona completamente distinta a lo que muestra, un hombre obsesionado con la riqueza y el poder que hará lo que haga falta para encajar entre aquellos le puedan proporcionar sus anhelos. A la postre, toda esta prosperidad fingida y vana superficialidad va a llevar a Gerlach, nombre verdadero del impostor, a terminar solo y sin rumbo. Un guión, el de Adams, muy respetuoso con el de Fitzgerald que nos deja un mensaje moralista en el que todos los vicios de la época quedan ocultos tras un velo de glamour que nos hará dudar si, todo ese excesivo placer por vivir, es la forma correcta de proceder. Pocas pegas podemos poner a este Gran Gatsby, una reinvención en la que los autores no pueden mostrarse más acertados al acometer cada uno su tarea. El guionista abrazando la estructura de la novela original y, sobre todo, de la idiosincrasia del personaje principal. Todo ello maravillosamente ilustrado con un estilo que recrea a la perfección el atractivo y el encanto del momento en el que transcurre la acción, dando como resultado una lectura tan interesante como recomendable. 

El Gran Gatsby
Ted Adams y Jorge Coelho. Planeta Cómic. 22,00 euros (184p.) ISBN: 9788411407403

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