Publishers Weekly en Viñetas: Especial Panini Marvel Now! Deluxe

La labor de recopilación que la editorial Panini viene realizando de algunas de sus líneas más exitosas solo puede recibir halagos por parte de los aficionados. Si consiguió encontrar la forma de publicar material clásico y convertirlo en uno de los aciertos más lucrativos de los últimos años, hacer lo mismo con cómics mucho más modernos y accesibles debe resultar incluso más fácil de acometer. Dicho y hecho. Marvel Now! Deluxe se convirtió en una etiqueta que es sinónimo de calidad y donde tiene cabida todo tipo de cabeceras que en un corto periodo de tiempo se ha ganado el favor de los lectores.

El primer título en el que nos vamos a centrar recupera una cabecera clásica como es Marvel Two in One, una colección que vería la luz allá por el año 1974 y cuya dinámica consistía en reunir mes tras mes a La Cosa con algún que otro personaje de La Casa de las Ideas para que pudiera vivir sus propias aventuras fuera de Los Cuatro Fantásticos. Leitmotiv que nos puede llegar a recordar a Marvel Team Up y cuya diferencia más notoria consistía en el héroe elegido para compartir correrías, en este caso sería nuestro amistoso vecino Spiderman la presencia recurrente. No sería algo para tomar a broma ya que por sus páginas desfilaron autores como Frank Miller, Mark Gruenwald, Chris Claremont, George Pérez, Sal Buscema, o Steve Gerber. Casi nada.

Un primer volumen que llevaría al sobrino favorito de la Tía Petunia a aparecer junto a colegas como Capitán América, Guardianes de la Galaxia (los originales), Valkyria o, como no podía ser de otra forma, Spiderman. Una broma que se extendió a lo largo de cien entregas más siete anuales y entre los que podemos encontrar aventuras míticas y tremendamente entretenidas. Un punto y final que llegaría en junio de 1983 pero que, treinta y cinco años después, volvería del olvido para retomar la misma idea original aprovechando la desaparición de La Primera Familia Marvel tras lo acontecido en las Guerras Secretas de Jonathan Hickman y Esad Ribic.

El matrimonio Richards junto a sus hijos, Franklin y Valeria, no regresaban a Tierra Primordial tras haber resuelto la épica crisis por la que había pasado, decidían permanecer atrás para dar forma a un nuevo multiverso. Un contexto perfecto para que desde la editorial le cedieran a Chip Zdarsky el privilegio de resucitar Marvel 2 en Uno, esta vez, con Ben y Johnny formando una pareja protagonista que intentaban llevar de la mejor de las maneras la pérdida del resto de miembros. La elección del guionista canadiense se antoja perfecta gracias a la facilidad con que mezcla humor y drama en sus guiones, amalgama infalible para el carácter festivo que suelen exhibir estos dos personajes.

Poco importaba la carga más seria de la colección, esa en la que se buscaba al resto de la familia, ya que todos sabíamos que tarde o temprano terminarían reuniéndose en algún momento. Estamos hablando de uno de los grupos más representativos de Marvel, era cuestión de tiempo el verlos otra vez juntos salvando el planeta de mil y unas amenazas cósmicas por venir. Ahora era momento de disfrutar y pasarlo bien. Sí, los chicos no cejaban en su empeño de encontrar al resto, pero también se dejaban llevar por algo de acción para fortuna de los lectores.

Zdarsky plantea una dinámica en la que el escape cómico del grupo va a funcionar a la perfección como pareja o dueto protagonista. Muy pronto quedan olvidadas las diferencias entre ambos y juntan sus esfuerzos para que la química fluya de manera suave y todo el cariño que el guionista muestra por ellos aflore en cada página. No lo va a tener complicado ya que el listado de dibujantes comprende a nombres como Jim Cheung, Declan Shalvey, Paco Medina y Ramón Pérez, todos ellos demostrando un nivel gráfico altísimo que convirtieron a esta maxiserie de doce entregas en una lectura que recuperaba una cabecera en la mejor tradición Marvel.

Marvel 2 en 1: La Cosa y la Antorcha Humana
V.V.A.A. Panini Cómics. 38,00 euros (312p.) ISBN: 9788411502696

Seguimos con una despedida, la que supone la segunda entrega de estos Ultimates guionizados por uno de los autores del momento, Al Ewing. Tras el buen sabor de boca dejado con el primer volumen, y pasado ya el inevitable cruce con Civil War II, volvemos a retomar todas tramas expuestas con anterioridad. Para ello se volverá a contar con Galactus el Dador de vida y dejará de lado su aspecto más “devorador de planetas”. De esta manera se imprime a la serie un giro radical virando de manera descarada a una parcela cósmica explícita, dando como resultado un cóctel en el que se mezclan unas gotas de Authority, Jack Kirby y el Mark Millar de la primera encarnación ultimate.

La Guerra de la Eternidad, título de este segundo volumen, nos narra cómo Capitana Marvel, Pantera Negra, Spectrum, Maravilla Azul y América Chávez intentan arreglar una situación que no pinta nada bien puesto que Eternidad ha sido capturada por una amenaza de proporciones épicas, convirtiendo la misión en todo un dolor de cabeza para el grupo. Para abrir boca tendrán que hacer frente a obstáculos de gran entidad como son los Chitauri o los Apagafuegos, una formación militar secreta perteneciente a la agencia de Seguridad Nacional y cuyos componentes van a poner en jaque a nuestro grupo de héroes.

Se nota en los números que conforman este nuevo volumen que Ewing trabaja con bastante más libertad, apartado de cualquier injerencia editorial provocada por el evento de turno y desarrollando muchas de las tramas en la dirección que quería desde un principio. El tono cósmico imperante le va a venir a la perfección para posteriores sagas como Guerras del Infinito o Inhumanos: Familia Real, guionizadas también por él mismo. Tal es la calidad que se desprende de estas páginas que, incluso los aficionados que nunca han comulgado con la parte cósmica de Marvel, van a poder disfrutar de lo lindo con estos relatos.

Ewing opta por aportar aspectos filosóficos y metafísicos a su historia, recordando al trabajo desplegado por Warren Ellis en la mencionada Authority, adentrándose en conceptos grandilocuentes que transmiten al lector una sensación de grandeza, de amenaza más grande de lo habitual que supone un peligro real y que va a exigir a estos Ultimates tener que rendir al máximo de sus posibilidades si quieren solucionar la papeleta. Esto va a hacer que los secundarios implicados en la trama vayan a cobrar especial relevancia de cara a un desenlace espectacular. Un cambio de registro y conceptos que viene refrendado por la pertinente sustitución en el apartado gráfico. Le decimos adiós a Kenneth Rocafort y recibimos a Travel Foreman cuyo estilo eléctrico, sucio y algo feísta le viene como anillo al dedo al desvarío sideral de Ewing. Con la ayuda puntual de Aud Koch, Filipe Andrade y Marco Lorenzana, el conjunto final supone todo un soplo de aire fresco para una franquicia que pedía a gritos una renovación respetuosa con todo lo hecho tiempo atrás. Se consigue y se aprueba con nota.

Ultimates de Al Ewing Volumen 2: La guerra de la eternidad
Al Ewing y Travel Foreman. Panini Cómics. 30,00 euros (248p.) ISBN: 9788411503463

La siguiente parada nos lleva hasta una de las etapas más laureadas de cuantas ha tenido el Dios del Trueno, la guionizada por Jason Aaron a lo largo de casi diez años y que ha supuesto un hito dentro de la mitología del personaje. El guionista de Alabama ha dejado su huella en la colección de Thor gracias a su originalidad y lo poderoso de algunas de sus tramas. Tan agusto se ha encontrado y tan contentos han estado en Marvel con su trabajo que hasta se ha permitido el lujo de realizar su propio evento dentro de la misma colección, una miniserie que ha sido recopilada en La Guerra de los Reinos.

Tanto se documentó Aaron antes de hacerse cargo de la serie que lo que leyó acerca de los Diez Reinos terminó por llamarle la atención sobremanera. Siempre mantuvo esa idea y esa posible trama en mente hasta que llegara el momento adecuado. En el pasado habíamos visto algunos de estos reinos, el resto permanecían prácticamente desconocidos para el lector salvo alguna referencia o alguna visita fugaz por parte de algún personaje. Tarde o temprano tendría que llegar la historia que los pusiera de máxima actualidad.

Aaron había ido soltando alguna que otra miguita en distintas historias y, una vez que estaba todo listo, Tom Brevoort vio las posibilidades de esta Guerra y decidió que afectara a todo el Universo Marvel ya que el último acto de la misma tendría lugar en la Tierra. por los que los límites asgardianos desaparecían de la ecuación. Como podrán imaginar, esta última decisión traería a un buen puñado de personajes que aportarían mayor epicidad al evento. Al no ser una historia demasiado larga, la acción la podemos encontrar bien concentrada, sin que existan innecesarios tiempos muertos que bajen el nivel global.

Malekith, el señor de los Elfos Oscuros, parece haber destruido nueve de los diez reinos, quedando en pie tan solo Midgard. Aunque va a haber algún que otro vistazo al resto de localizaciones, el evento se va a centrar principalmente en lo acontecido en la Tierra, la defensa férrea que los héroes van a ofrecer ante el ataque de el elfo y sus aliados. Daredevil, Pantera Negra, Spiderman, Los Cuatro Fantásticos o El Castigador son solo algunos de los compañeros con los que Thor va a poder contar para contener los continuos ataques. Escenas en las que se va a mezclar la acción, el humor y la épica en una sucesión de enfrentamientos perfectamente orquestados por Aaron que aprueba con nota esta particular Battle Royale.

Otro acierto pleno es haber encargado la parte gráfica del evento a uno de los artistas más notables que han acompañado a Aaron en su etapa. Russell Dauterman realiza un trabajo soberbio, aportando una coherencia al conjunto final que solo se alcanza cuando un solo ilustrador realiza  la totalidad del trabajo. Con unas versiones muy llamativas de los personajes, hace que todo funcione con precisión absoluta desde la primera hasta la última página. Un relato que se ha ido cocinando a fuego lento y que resulta un colofón inmejorable para una etapa igualmente sobresaliente.

La Guerra de los diez Reinos
Jason Aaron y Russell Dauterman. Panini Cómics. 26,00 euros (200p.) ISBN: 9788411502283

Y de un vengador a otro. Tony Stark – Iron Man: El hombre hecho a sí mismo resulta el pistoletazo de salida a la etapa en la que Dan Slott tomaba el control del personaje. Lo hacía además tras el paso de Brian Michael Bendis por la misma y una supuesta muerte que tenía lugar en Civil War II. Una suerte de tabula rasa que convertía la colección en un caramelo de lo más apetecible para el que finalmente fuera elegido. El guionista ya había dejado claro en su larga estancia al frente de Spiderman que el de la armadura era de su gusto por lo que nadie dudaba que, tarde o temprano, pasaría a hacerse cargo de él.

No es casualidad que en esta nueva andadura, el nombre del propio Tony aparezca en el título de la cabecera ya que Slott hace que los focos apunten directamente al hombre dentro de la armadura. De nuevo nos vamos a encontrar al encantador caradura, ese galán indomable de incansable verborrea que consigue irritar a todo el que le rodea. Esa acentuación de los aspectos más humanos nos van a dejar una obra muy divertida que se apoya en unos diálogos chispeantes y ágiles en los que el humor juega un papel fundamental, mostrando una versión del personaje que no habíamos visto nunca.

A pesar de este tono jocoso, Slott se implica de tal manera que ni siquiera deja pasar todo el asunto de la mencionada Civil War II. Tanto la muerte de Tony como la de James Rhodes van a ser abordadas con firmeza y van a tener sus consecuencias. Por un lado, Stark, va a transferir su mente, almacenada en un disco duro, a un clon de sí mismo, mientras que Máquina de Guerra va a sufrir continuos ataques de claustrofobia cada vez que se enfunda su armadura. El personaje principal va a llegar a plantearse si todo este proceso de reseteo significa que su alma ha desaparecido, convirtiéndose en una mera copia sin sustancia del original.

Se aprovecha también todos los conceptos tecnológicos propios de un tecnócrata como es Tony, dando especial importancia a temas tan de moda como el de las inteligencias artificiales. Por ejemplo, Viernes, la I.A. de su armadura, pasará a tener su propia materialización física, mientras que Yokasta tendrá como cometido en la recién creada Stark Solutions velar por los derechos de todos aquellos seres en los que el carbono no supone su elemento principal. Una vuelta de tuerca que funciona bastante bien en el discurrir del relato planteado por Slott.

Bien es cierto que Slott se preocupa por introducir todos esos elementos señalados un poco más arriba, pero que nadie se equivoque, todo termina derivando hacia los parámetros del género superheroico, pero se agradece esos detalles que no hacen más que enriquecer el guión y ver reflejado en él algunas de las preocupaciones reales que todos tenemos en mente. Desde Isaac Asimov hasta William Gibson pasando por Ernest Cline, autor de Ready Player One, todos van a tener una pequeña aportación en las aventuras de este nuevo Iron Man.

Una línea argumental muy bien marcada por Slott que tan solo se ve alterada por los consabidos tie-ins de La Guerra de los Reinos, un paisaje perfecto para que surjan disquisiciones del tipo «Qué es más poderoso, ¿la tecnología o la magia?». Esto va a propiciar la inclusión de otros autores como Jim Zub y Gail Simone a los guiones o Max Dunbar y Gang Hyuk Lim a los lápices, dando un respiro al dibujante titular, un Valerio Schiti cuya frescura se convierte en el aliado perfecto para dotar a la serie de un aspecto fácilmente reconocible y aportar las dosis de humor necesarias para que el invento sea más que notable.

Tony Stark  – Iron Man Volumen 1: El hombre hecho a sí mismo
V.V.A.A. Panini Cómics. 42,00 euros (336p.) ISBN: 9788411504911

La marca vengadora es poderosa en Panini así que el siguiente volumen sigue ubicado en dicha franquicia gracias al primer volumen de Los Vengadores guionizados por Jason Aaron, un arranque titulado La hueste final y que significó los primeros pasos de una etapa bastante polémica debido a las decisiones tomadas por el escritor de Alabama. Su llegada al súper grupo de Marvel fue muy bien recibida por los aficionados puesto que el trabajo realizado por Mark Waid anteriormente no había terminado de encandilar a la mayoría de los lectores y vieron en Aaron a la persona que devolvería al grupo a sus años de grandeza.

Esta sería la tónica habitual entre los lectores, unos se resignaban a tener al Aaron menos inspirado de los últimos años, mientras que el resto sabía disfrutar de una ración de entretenimiento palomitero que mes tras mes conseguía hacernos desconectar durante el rato que ocupaba la lectura. Lo mejor en estos casos es probar en primera persona la calidad del producto, sacando nuestras propias conclusiones y decidiendo si merece la pena apostar por el tebeo en cuestión. Desde aquí podemos decir que este primer recopilatorio Marvel Now! Deluxe cumple de sobra con las expectativas depositadas en el material que contiene.

Tras una breve lectura para contextualizar esta nueva andadura, Marvel Legacy Alfa, nos metemos de lleno en los primeros doce números de la colección más el Free Comic Book Day del 2018. Unas primeras páginas que van a ser la excusa perfecta para unir el destino de aquellos Vengadores de la Prehistoria (Agamotto, Odín, Fénix, el Jinete Fantasma original y algunas versiones primitivas de Pantera Negra, Marca Estelar y Puño de Hierro) con la nueva formación elegida por Aaron con Capitán América, Thor y Iron Man al frente.

Un arco argumental inicial que nos trae de vuelta a los miembros originales, sin baile de identidades extrañas bajo sus respectivos trajes de faena. Rogers, Stark y Odinson regresan para hacer frente a uno de los conceptos ideados años atrás por Jack Kirby. La amenaza viene en forma de Celestiales, la raza de deidades creada por El Rey, que además viene acompañada por la presencia de otro peso pesado dentro de La Casa de las Ideas y unido al origen del grupo: Loki. Homenaje más que merecido a muchos de los elementos con los que Kirby jugó en su día, teorías acerca del origen de la vida en la Tierra y una nueva sede vengativa localizada en el interior del cadáver de un Celestial. No está nada mal para empezar.

Los siguientes números, y es aquí donde los aficionados más enfocan sus críticas, se van a dedicar a plantear tramas que serán desarrolladas en un futuro, impidiendo que la historia avance de manera fluida. Aaron aprovecha para dividir la acción en distintos momentos temporales, una técnica que ya utilizara durante su estancia en Thor o en Conan el Bárbaro. Para los lectores más impacientes, la presencia y presentación de formaciones como Agentes de Wakanda, Defensores de las Profundidades, Guardia de Invierno o Escuadrón Supremo no les aportaba lo más mínimo, al menos, de momento. Sin embargo, hay que saber esperar para que todo se desarrolle a la velocidad adecuada y estalle en el momento oportuno.

Para echar más leña al fuego, la parcela gráfica está bastante concurrida, pudiendo encontrar en el listado de dibujantes a gente como Ed McGuinness, Paco Medina, Sara Pichelli, Frazer Irving, David Márquez, Andrea Sorrentino, Adam Kubert y Cory Smith. Todos muestran un gran nivel pero no se alcanza una homogeneidad estilística que satisfaga a los exigentes aficionados. Evidentemente, habrá cosas que se irán puliendo con el paso de los números pero, de momento, todo lo planteado en estos primeros compases dejan un muy buen sabor de boca y con ganas de saber más sobre todos esos acontecimientos futuros. A la espera.

Los Vengadores de Jason Aaron Volumen 1: La hueste final
V.V.A.A. Panini Cómics. 42,00 euros (328p.) ISBN: 9788411504904

Y nos despedimos con otra renovación y el comienzo de una nueva etapa, esta vez, para el héroe abanderado más famoso del Universo Marvel. Nos estamos refiriendo al Capitán América y a sus aventuras guionizadas por Ta-Nehisi Coates. Un inicio de ciclo que bajo el título Invierno en América continúa con la mejor tradición del personaje, un interés que para muchos nació con Mark Waid hace ya algunos años y que otros como Dan Jurgens, Rob Liefeld, Rick Remender, Ed Brubaker o Nick Spencer han continuado con resultados de todo tipo.

Tras la interesantísima historia río pergeñada por este último en la que el Capi se destapaba como un traidor a los ideales de su país y terminaba convertido en un agente de Hidra, mucho se especulaba sobre cuál sería el siguiente paso. Un cambio que llegaba con nombre propio, el del mencionado  escritor de Baltimore que, al igual que otros grandes nombres pasados, cambiaba la novela por el cómic y lo hacía con unas ganas tremendas de poner patas arriba la colección a base de revolucionar la vida del personaje con su habilidad a la hora de escribir.

Coates, hijo de Panteras Negras y férreo defensor de los derechos de los afroamericanos, va a volcar todo su ideario político en las páginas protagonizadas por el Capitán América, haciendo especial hincapié en lo relativo a la sociedad, la inmigración y la administración Trump. Una realidad que va a golpear con fuerza a un Steve Rogers que se verá obligado a recuperar el favor de un pueblo abatido tras todo lo acontecido en el evento Imperio Secreto, una catástrofe que ha mermado la confianza depositada en el héroe y en la bandera.

Sin embargo, hay pequeños reductos que durante el régimen dictatorial impuesto por la organización criminal, pudieron prosperar y vivir incluso mejor de lo que lo hacían antes. Una actitud que va a llevar al Capitán a una crisis de identidad importante, preguntándose si el símbolo que adorna su pecho ha dejado de tener significado para todos aquellos a los que juró proteger y que ahora le dan la espalda. Una serie de premisas que nos pueden llevar a pensar que todo esto se trata de una actualización de la mítica saga del Imperio Secreto en la que Rogers perdía la fe en sus actos debido a las conspiraciones gubernamentales.

Ideas con un alto componente político y en las que siempre se deja entrever de manera evidente en qué lado se posiciona el escritor. Su anterior incursión en el Noveno Arte con otro personaje hecho a su medida como es Pantera Negra, le serviría para iniciar con fuerza esta nueva etapa al frente de uno de los grandes de la editorial. Para ello no le intimida utilizar conceptos y personajes tomados de otros autores pasados como Mark Gruenwald o Ed Brubaker. Calavera, Barón Von Struker, Pecado, Azote, los Americorps, los Perros Guardianes o el famoso escudo fotónico. Añadamos a todo esto la presencia de dos dibujantes legendarios como Leinil Francis Yu y Adam Kubert para que el resultado final consiga convencer a la inmensa mayoría de los lectores, alejándose del tono superheroico de las últimas etapas e imprimiendo un tono de denuncia y concienciación que recupera algunos de los mejores momentos en los que el Capitán brilló con más fuerza.

Capitán América de Ta-Nehisi Coates Volumen 1: Invierno en América
Ta-Nehisi Coates, Leinil Yu y Adam Kubert. Panini Cómics. 44,00 euros (376p.) ISBN: 9788411506038

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