Mucho han cambiado las cosas desde que ECC Ediciones iniciara su andadura editorial en España allá por el año 2011. Unos inicios marcados por hacer que el material de DC Comics se asentara en una España históricamente marvelita. No ha sido un camino fácil y sus decisiones siempre han estado examinadas con lupa por unos aficionados que exigían mucho con cada boletín de novedades que veía la luz y anunciaba planes futuros, causando un revuelo injustificado en la red. Polémicas aparte, nadie puede negar la evidencia, su catálogo ha crecido hasta convertirse en una de las ofertas más interesantes del panorama relacionado con las viñetas y lo variado de sus propuestas hace que el aficionado pueda elegir entre un buen puñado de géneros.
Títulos que no se circunscriben exclusivamente al ámbito super heroico de DC, hay que buscar las ramificaciones con las que se han diversificado en ECC y mes tras mes se suceden obras pertenecientes a editoriales como Image, Vault, Storm King o Titan Comics. Si a todo esto añadimos lo bien cubiertas que están las parcelas de manga, BD y cómic de autor con nombres como Junji Ito, Q-Hayashida, Shintaro Kago, Leo, Alberto Breccia, Richard Corben o Fernando de Felipe, nos percatamos de lo bien que se hacen las cosas en una editorial que no cesa en su empeño de evolucionar y diferenciarse del resto.
Sirvan las tres obras que se van a analizar en el presente artículo para hacerse una ligera idea de las intenciones de ECC, tres títulos completamente distintos entre ellos pero que atesoran una calidad en sus páginas que convencerán al lector más exigente. Empezamos con Strange Adventures de Tom King, Evan Shaner y Mitch Gerads, una dupla de autores que anteriormente ya nos han regalado varias exquisiteces como El Sheriff de Babilonia o Mister Milagro. Acomodados en la tranquilidad que otorga el sello DC Black Label (heredero del espíritu Vertigo), guionista y dibujante siguen sorprendiendo a propios y extraños con sus historias protagonizadas por viejas glorias de segunda fila.
Esta vez le toca el turno a Adam Strange, un personaje creado en los años cincuenta de la mano de Julius Schwartz y Murphy Anderson. Un arqueólogo que por avatares del destino termina siendo transportado por medio de Rayos Zeta al planeta Rann, un lugar donde la ciencia ha avanzado muchísimo pero también existen muchas zonas donde no hay señal de civilización. Este accidente le permitirá conocer a la joven Alanna y a su padre, Sardath, formando de esta manera una familia en el sitio más extraño posible. Con tan solo un jet propulsor y su pistola de rayos, la vida de Adam va a estar dividida entre Rann y La Tierra, defendiendo ambas localizaciones de cuantas amenazas vayan surgiendo. Y en este preciso instante es cuando entran a escena King y Gerads.
Strange tuvo sus quince minutos de fama durante el evento Crisis Infinita, desempeñando un papel importante en la miniserie La Guerra Rann-Thanagar. Tiene mucho mérito lo que logra aquí el ex-agente de la CIA con un guion que convierte a un personaje prácticamente desconocido para el gran público en la pieza clave de una obra que pasará a ser recordada como un cómic imprescindible y atemporal. King nos muestra un retrato del héroe que, tras finalizar una guerra, recibe la gloria que se merece. Más aún si tenemos en cuenta que durante el conflicto perdería a su hija. Entre tantas loas y felicitaciones sacará tiempo para presentar su autobiografía pero, la alegría no durará mucho ya que la opinión pública pondrá en duda todo lo conseguido hasta el momento y pasará de salvador a villano.
La trama nos conducirá por un intrincado camino donde nada es lo que parece, el lector no sabe en ningún momento si estamos ante un fraude o un héroe. Un viaje hasta los infiernos que lo hará junto a su esposa, acompañándolo en todo momento y haciendo oídos sordos a las continuas acusaciones contra Strange. Para intentar arrojar algo de luz a este misterio contaremos con la presencia de Mr. Terrific, encargado de investigar todo el asunto y obtener respuestas a todas las incógnitas que rodean el caso. Una deconstrucción a golpe de flashback que nos irá diseccionando la vida del personaje, aportando una serie de datos vitales para comprender qué se esconde tras las acusaciones vertidas en su contra. El trabajo realizado por Shaner y Gerads, cada uno encargado de ilustrar distintos momentos de la crónica, se va alternando durante toda la obra, haciendo que sus estilos se fusionen para deleite visual del lector. El tiempo pondrá este Strange Adventures a la altura de los más grandes, lo que hoy es una joya superlativa terminará siendo una obra maestra incontestable que hablará de tú a tú a cualquier pilar del Noveno Arte con el que se compare.
Strange Adventures
Tom King, Mitch Gerads y Evan Shaner. ECC Ediciones. 38.50€ (376 p.) ISBN: 9788419586384
Cambiamos de tercio y nos detenemos en otra referencia que ha provocado un aluvión de reacciones positivas, un título recibido con un entusiasmo sin precedentes por el fandom y que nos trae a unos viejos conocidos como son La Tortugas Ninja en un futuro bastante oscuro y apocalíptico. El último ronin bien podría considerarse el cierre de sus aventuras, un canto del cisne para unos personajes que surgieron en 1984 de la mano de Kevin Eastman y Peter Laird. La nueva andadura editorial de estos quelonios en la editorial IDW ha tardado en llegar a nuestro país pero la espera ha merecido la pena ya que su renovado planteamiento no le ha podido sentar mejor a Raphael, Michelangelo, Leonardo y Donatello.
Un relato que nos muestra un futuro distópico al que se van a tener que enfrentar las tortugas, un paisaje desasosegante en el que todo lo que podía salir mal, lo ha hecho, cobrándose la vida de muchos por el camino. Una obra que puede chocar a más de un aficionado por su tono pesimista, contrario a la luminosidad del material visto hasta ahora, estando siempre más cercano al cómic superheroico tradicional. Se convierte, pues, en una ocasión irrepetible de ver a las Tortugas en un contexto completamente diferente, lejos de una supuesta zona de confort y arriesgando en pos de ganar cierto respeto de ¿seriedad? Sea como fuere, también habría que reseñar un dato más que notorio como es el que los creadores de las aventuras originales, los mencionados Eastman y Laird, vuelven a trabajar juntos tras dos décadas sin hacerlo debido a desavenencias provocadas por el control creativo de sus personajes.
Un reencuentro que ha culminado en una miniserie excelente, rebosante de calidad y donde vamos a encontrar multitud de homenajes a las grandes obras en las que se inspira. El regreso del Caballero Oscuro es una más que evidente influencia, no solo por algunos pasajes concretos, sino también por viñetas en las que se reproduce el arte que Frank Miller utilizó en sus páginas. Unos guiños que los autores no esconden en ningún momento, al contrario, se sienten más que orgullosos de ver a sus tortugas protagonizando escenas míticas que han pasado a la historia por su espectacularidad y significado. Tampoco es casualidad todo esto, el guión de El último ronin empezó a tomar forma en el año 1987 y no se ha materializado hasta ahora. Ya saben, el mundo editorial y sus secretos de alcoba.
A la pareja de guionistas se une un tercero, un Tom Waltz encargado de las nuevas aventuras y que aquí consigue aportar su sello personal, redondeando el resultado final y actualizando la narrativa de los dos «dinosaurios» que tiene por compañeros. Entre todos, pergeñan una historia clásica de venganza donde un personaje dolorido y castigado luchará por sus seres queridos. Un futuro en el que Nueva York se encuentra bajo el yugo del Clan del Pie y Oroku Hiroto, nieto de Shredder, se erige como pieza opresora de una sociedad dividida. Tan solo una tortuga mutante parece tener el suficiente arrojo de plantarles cara, enfrentándose a una última misión que significará la libertad de La Gran Manzana.
Los ilustradores Ben Bishop y los hermanos Esau e Isaac Escorza se encargan de la parcela gráfica, dando un aspecto único a la obra, una mezcla perfecta entre modernidad y clasicismo underground que satisfará a todos los aficionados de la franquicia, se hayan subido a ella hace poco o estén desde el principio. Hasta el propio Eastman se anima con algunas páginas de flashbacks que hará que los más nostálgicos del lugar derramen alguna que otra lagrimita. Tal ha sido la aceptación de esta miniserie que desde IDW ya han anunciado su correspondiente secuela (ya se ha publicado la primera entrega) que bajo el título de Los años perdidos se va a explorar los motivos que condujeron a la sociedad hasta ese futuro distópico. Si ha funcionado una vez…
El último ronin
V.V.A.A. ECC Ediciones. 25.00€ (224 p.) ISBN: 9788419586506
Y finalizamos con Mátalos a todos, álbum que en el Festival de Angoulême de 2022 fue galardonado como Mejor Thriller del año. Un relato que sigue la vida de un grupo de adolescentes y sus vicisitudes en un tranquilo pueblo costero de Estados Unidos donde, repentinamente, comenzarán a aparecer cadáveres de algunos de sus habitantes. Su autor, Antoine Maillard, mantiene el suspense de manera brillante y siempre coloca la trama del asesino en un segundo plano, dando mayor preponderancia y visibilidad a todo lo referente a los jóvenes estudiantes. Un esquema que nos va a trasladar directamente hasta el escenario de alguna película facturada en los años ochenta, una de esas producciones en las que un maníaco sediento de sangre acaba de manera indiscriminada con todo aquel jovenzuelo que tuviera la mala fortuna de interponerse en su camino.
Maillard sabe muy bien jugar sus cartas y uno de los mayores aciertos de la historia es no mostrar de manera clara o evidente las motivaciones que mueven al asesino a hacer lo que hace. Esa carencia de un plan previo o de algún discurso que indicara las razones de su comportamiento restaría impacto a su figura, un tipo desconocido ataviado como un jugador de baseball (gorra, chaqueta y bate) del que no se sabe absolutamente nada. Esa dosis de realismo no hace más que aportar una mayor sensación de terror al lector, indicando que podría tratarse de cualquiera. Una premisa potentísima que ha sido utilizada en más de una ocasión en trabajos cinematográficos o literarios del mismo género y cuyos resultados han sido tan positivos como aquí.
El angustioso terror que sufren los habitantes del pueblecito se propaga hasta el lector desde la primera página de la novela gráfica, sumergiéndose en una trama donde los interrogantes y las incógnitas hacen que todo sea más misterioso y agobiante. Puede que a simple vista el guion de Mátalos a todos sea un tanto lineal, algo buscado deliberadamente por su autor en su afán de rendir homenaje a slashers como La matanza de Texas o Halloween, títulos todos ellos en los que los parámetros estaban muy definidos: una pandilla de adolescentes serán asesinados uno a uno por un homicida sin posibilidad de escape. ¿Dónde radica la diferencia con otras obras del mismo género?
La inclusión de un personaje como Daniel hace que todo cobre un significado especial. Uno de los jóvenes del pueblo que desde el principio hace gala de un comportamiento bastante extraño, haciendo evidente que sufre ciertos impulsos, digamos, reprochables. Todos estos elementos confluyen en un final tan inesperado como cruel, planteando al lector preguntas y dudas acerca de lo que parece evidente y lo que cada persona esconde en su interior. El estilo gráfico utilizado por el autor con base en Toulouse se adecua a la perfección al tono del guion, su trazo a lápiz con tonos grises crea una atmósfera oscura que sumerge al lector en la trama de la que no podrá escapar hasta haber pasado la última página. Las expresiones faciales de los personajes transmiten la angustia y el pavor que sufren cuando están en presencia del bateador, siendo este uno de los puntos fuertes de la obra, un Mátalos a todos que supone un debut más que prometedor, haciendo de su autor alguien a tener en cuenta con cada nueva referencia que vea la luz con su nombre impreso en la portada.
Mátalos a todos
Antoine Maillard. ECC Ediciones. 30.00€ (152 p.) ISBN: 9788419586513