Frankfurt inaugura su edición 2022 resaltando la labor de la literatura como creadora de sociedades más democráticas y plurales

En la mañana de ayer, martes 18, la Feria del Libro de Frankfurt inauguró oficialmente su programa, reuniendo a periodistas de todo el mundo en su ya tradicional conferencia de prensa.

En un tono eminentemente política Karin Schmdt-Friderichs, presidenta de la Asociación Alemana de Editores y Libreros, reafirmó la importancia de la feria de Frankfurt, que vuelve a celebrar una edición presencial prácticamente sin restricciones. «La Feria del Libro de Frankfurt es más que la mayor feria comercial del mundo, es un acontecimiento cultural y el punto de encuentro en el que personas de todo el mundo pueden expresarse democráticamente. Aquí vemos gente con la mente abierta, que habla con los demás y comparte opiniones, no impone sus ideas», dijo.

Schmdt-Friderichs también recalcó los esfuerzos de la feria por ayudar a los editores y libreros ucranianos ─además de recibir donaciones, el martes Volodimyr Zelensky participará en el evento por vídeo─, y los autores rusos también tendrán la oportunidad de hablar sobre cómo ha sido su experiencia en la guerra. Por último, la presidenta de la asociación ofreció una visión general del mercado editorial alemán, habló de cómo la crisis energética ha afectado a editores y libreros y terminó su intervención recordando que «un mercado editorial estable ayuda a mantener una sociedad estable y cultural».

Juergen Boos, presidente de la feria, se centró en destacar los principales atractivos del evento y en recordar la importancia de la traducción, el tema central de esta 74ª edición, y también trató de recordar la importancia de proteger la democracia y la libertad de expresión citando la guerra entre Rusia y Ucrania. «Editores, tenemos que mirar la literatura y la cultura de Ucrania en estos tiempos de guerra. Tenemos que ser la resistencia en este intento de acabar con la cultura de este país», dijo, citando una vez más el apoyo que han conseguido para ayudar al país dirigido por Zelensky.

Por último, Mohsin Hamid, el autor pakistaní invitado a intervenir en la rueda de prensa, recordó pasajes de su vida y, como siempre, creyó que el mundo sería un lugar mejor. Este pensamiento cambió durante la pandemia. Hamid también habló de la importancia de la traducción y los libros para construir un mundo mejor. «Los escritores no escriben novelas, solo escriben la mitad de ellas. Son los lectores los que hacen la otra mitad y transforman los libros en sus experiencias personales. Leer un libro es un ejercicio de cocreación», dijo, recordando también que la lectura es un acto de resistencia y que necesitamos los libros para vislumbrar un mundo mejor.

Ya por la tarde, en la inauguración oficial, llegó el turno de España como País Invitado de Honor de esta edición. El presidente de la República Federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se dirigía al público presente en el Harmonie Hall con estas palabras «una cosa puedo asegurar a los invitados de España: Alemania, como país lector, tiene curiosidad por las experiencias que los escritores españoles trasmiten en sus libros (…) ¿Cómo se ven los problemas globales desde España? Nos pueden dar una nueva perspectiva». Steinmer, siguiendo el cariz político de la conferencia de prensa matutina, no perdió la oportunidad de hacer una mención a la invasión rusa de Ucrania recalcando que «no hay guerra sin panfletos y libros llenos de odio».

El rey de España, Felipe VI, agradeció a la Feria el papel protagonista que daba a España en esta edición, recalcando la transformación que ha sufrido España desde 1991, la anterior ocasión en la que fue País Invitado de Honor: «La transformación y modernización sin precedentes de nuestro país, particularmente desde su adhesión a las Comunidades Europeas en 1986, se ha plasmado en profundos cambios en la sociedad, la cultura y la economía». Además de destacar la figura de los traductores en la literatura como elementos clave en la difusión e intercambio del conocimiento y la cultura. Y es que, Frankfurt 2022, además de tener un aroma español, quiere reivindicar la figura de los traductores bajo el lema «Traducir, Trasladar. Transformar».

El escritor Antonio Muñoz Molina, en su discurso también se ha referido a aquella edición de 1991, y ha querido hacerlo para reivindicar el papel de la mujer en la industria editorial española. «Una de las grandes diferencias entre la literatura española que vino a Frankfurt en 1991 y la que llega ahora es la irrupción de las mujeres, que siempre han sido la parte mayoritaria del público lector, y ahora empiezan a tener la presencia que les corresponde en los catálogos editoriales y en el ecosistema general de la literatura. No hay mayor diversidad que la surgida d e la imaginación libre, del ejercicio soberano de la observación, la invención, el recuerdo, la diatriba. Cuantas más personas, hombres o mujeres, de cualquier origen de nacimiento o de clase o condición sexual, accedan a una educación de calidad, mayor y más variado será el número de las que elijan manifestar su creatividad a través de las artes» ha expresado.

Por su parte, Irene Vallejo, entrelazó historia y reivindicación en un poético discurso que ensalza la labor del traductor, y que arrancaba con estas palabras «Existe un atlas, la literatura, donde todos los territorios son mi tierra. Puedo adentrarme en ellos al leer, con el caminar de los ojos y la imaginación. Estos viajes sin límites son posibles gracias al oficio de la traducción, un fabuloso hallazgo humano que alguien cuyo nombre no recordamos) inventó en tiempos remotos, en el érase una vez de los cuentos. Como escribió José Saramago, los escritores hacen las literaturas nacionales, mientras los traductores construyen la literatura universal. A quienes me han regalado la patria de su idioma, a quienes aceptan ser yo para que yo sea otra, mi familia de Babel, quiero expresarles mi gratitud infinita. Ahora mismo mis palabras se desdoblan en una traducción. El mismo río con distinta agua. Idéntica partitura, con diferente instrumento. Este discurso resuena en dimensiones paralelas que nos permiten estar juntos, las ideas cambian de piel para seguir palpitando: es el arte de unir universos, una tarea de bastidores y penumbras».

Y, así, arrancó la Feria de Frankfurt, con sabor español pero con la mirada puesta en un mundo sin fronteras, al menos idiomáticas, donde la pluralidad de voces, de miradas, de opiniones, nos permitan imaginar, y construir, un mundo mejor donde las guerras solo tengan cabida en los libros.

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