A partir del próximo 7 de octubre los lectores franceses que compren sus libros a través de Amazon tendrán que pagar una tarifa mínima de 3 euros en concepto de gastos de envío si sus compras son inferiores a 35 euros.
El pasado viernes el gobierno francés publicó un decreto que fija esta tarifa mínima para el envío de libros comprados en Amazon y otras plataformas digitales siguiendo las recomendaciones de abril de 2022 de la Autoridad de Regulación de Comunicación Electrónica, Correos y Distribución de Prensa (Arcep).
Este decreto se enmarca en la conocida como ley Darcos del 30 de diciembre de 2021 sobre el mercado del libro, una actualización de la ley de 1981, que ya sufrió modificaciones motivadas por el creciente peso del comercio electrónico y, en particular, de Amazon. Así, en 2014, se prohibió al gigante tecnológico añadir gastos de envío gratuitos a aquellos libros que ya se vendiesen con una rebaja del 5 % del precio, el máximo descuento fijado por ley.
El objetivo del Gobierno francés es reequilibrar la competencia entre las librerías y las grandes plataformas en línea. Como en la mayoría de países donde la distribución de libros a través de plataformas digitales es algo común, especialmente a través de Amazon, la competitividad del comercio minorista se ve reducida ante los envíos gratuitos o a bajísimo coste de estos gigantes de la distribución.
Esta medida aún siendo positiva para las librerías minoristas aún se queda corta con respecto a las pretensiones de los libreros, el Sindicato de la Librería Francesa (SLF), solicitaba una tarifa mínima de 4,5 euros, un 50% superior de la establecida por este decreto. Además, desde el SLF critica la casi gratuidad de los envíos superiores a 35 euros, algo que tiene lógica teniendo en cuenta que el precio medio de una novedad literaria en Francia se encuentra alrededor de los 20 euros. Por último, desde el SLF han solicitado al gobierno una tarifa postal ventajosa para la realización de los envíos de libros por parte de las librerías, similar a la que opera en España con Correos, que permitiría «hacer a las librerías verdaderamente competitivas».