Fallece Juan Muñoz Martín, padre de Fray Perico y del Pirata Garrapata

El escritor madrileño Juan Muñoz Martín, uno de los principales artífices de que varias generaciones de niños y niñas en España y Latinoamérica se aficionaran a la lectura, ha fallecido hoy, en Madrid, a los 93 años de edad.

Juan Muñoz Martín nació el 13 de mayo de 1929 en Madrid, donde estudió Filología Francesa. Ha sido profesor de Lengua y Literatura en un centro de enseñanza madrileño a la par que se dedicaba a la literatura para niños. Además de escribir, siempre con papel y bolígrafo, su mujer Maruja se encargaba de pasar sus textos, su otra gran pasión fue la lectura, especialmente de los clásicos como Julio Verne, Charles Dickens, o Stevenson, de los que hablaba con devoción en cada una de las entrevistas que le realizaban.

Juan Muñoz Martín cuenta con más de 60 libros publicados desde que, en 1966, con Las tres piedras (Editorial Doncel, 1967), ganara el premio Doncel, otorgado por la hoy desaparecida editorial homónima, a la que suele atribuirse una notable renovación de la literatura infantil española. Sin embargo, sería 13 años después, en 1979, con su segunda obra Fray Perico y su borrico (El Barco de Vapor, 1989), cuando la figura de Juan Muñoz tomaría un impulso vertiginoso entre los autores de literatura infantil. La obra, ganadora de la segunda edición del Premio El Barco de Vapor (1979) rápidamente se abrió paso entre los libros recomendados en las escuelas y, a día de hoy, es uno de los libros infantiles en lengua española más vendidos de la historia. Las aventuras de este fraile de buen corazón, y de sus hermanos de convento, muy cerquita de Salamanca, de inicios del siglo XIX, calaron tanto entre el público infantil, que 9 años después llegó a las librerías una segunda entrega de las historias de Fray Perico y su inseparable borrico, Fray Perico en la guerra (El Barco de Vapor, 1989). Y así hasta 9 títulos, en los que fuimos conociendo a todos los frailes del convento desde fray Cucufate a Fray Nicanor, cada uno de ellos con sus particularidades, a los soldados franceses como Guillomet o Monpetit; y también a personajes históricos de la guerra de la independencia española como Juan Martín «El Empecinado». Las historias de Fray Perico se publicaron siempre en El Barco de Vapor ─sello de SM─, a excepción de Nuevas aventuras de Fray Perico, publicado en 1996, el mismo año que Fray Perico en la paz, en la colección Ala Delta de Edelvives.

Al mismo nivel que el personaje de Fray Perico, Juan Muñoz pergeño otro personaje icónico para los niños de los 80 y los 90, el pirata Garrapata. La saga de El pirata Garrapata vería la luz en 1982 también en la colección de El Barco de Vapor, y sería la saga más extensa del escritor madrileño con 17 volúmenes, el último de ellos publicado en 2021, El pirata Garrapata en Marte. A través de estas obras los niños seguíamos las aventuras del orondo y narigudo pirata armado con su garfio, su pata de palo y su ojo de cristal, y de toda la tripulación del Salmonete, su barco, tratando de rescatar a Floripondia, su amada.

Junto a estos dos grandes personajes, cuyas aventuras fueron traducidas a muchísimos idiomas, precursores del fenómeno fan de las grandes sagas infantiles como Harry Potter o Los Futbolísimos, Juan Muñoz publicó muchísimas obras más, siempre cargadas de humor, con personajes como El pistolero Baldomero o El corsario Macario. La gran acogida que niños y jóvenes lectores prestaron, por aquellos años, a su obra, hizo que, en 1992, le fuera concedido el Premio Cervantes Chico en su primera edición. Un premio cuyo valor se puede equiparar al Premio Cervantes pero de Literatura Infantil y Juvenil que tiene entre sus objetivos está el estimular los hábitos de lectura entre la población infantil y juvenil, así como promover y estimular entre los escolares los valores humanos. Y que también le valdría la concesión de la Medalla de Oro a las Bellas Artes en 2021.

Y es que, Juan Muñoz, además de escritor y maestro, fue alguien muy preocupado de los jóvenes lectores, siempre atento a las demandas y preguntas de los más pequeños en las firmas de libros, siempre dispuesto a ir a un centro escolar o biblioteca a presentar su obra, a leer junto a los alumnos, a charlar con ellos… Algo que ha sido una constante hasta el final de sus días y que demostró allá en el 2020 cuando con 91 años recién cumplidos abrió su cuenta de Twitter @autorfrayperico desde la que contestaba a todos aquellos niños, jóvenes, y adultos que compartían con él sus lecturas y sus recuerdos de piratas y frailes, y que esta mañana, utilizaba su familia para comunicarnos su fallecimiento con este mensaje:

Y, continuaban, con unas palabras de agradecimiento a toda la comunidad del libro, algo que fue una constante en la vida de Juan Muñoz Martín, maestro y escritor agradecido a todos sus lectores y a aquellos que hicieron que su obra se leyera en los lugares más remotos del planeta «En esta cuenta anunciaremos eventos o publicaciones que os puedan interesar del autor de Fray Perico y El Pirata Garrapata. Gracias a todos: lectores, libreros, profesores, padres, editoriales, periodistas y amigos del mundo del libro y la cultura que le habéis hecho tan feliz».

Hoy se ha marchado el escritor, pero su obra y su legado sigue viva entre millones de niños que hoy, como hicieran sus padres allá por los años 80 y 90, se enamoran de la lectura a carcajadas de forma sencilla al leer, por primera vez estas palabras:

Pues señor: esto eran veinte frailes que vivían en un convento muy antiguo, cerquita de Salamanca. Todos llevaban la cabeza pelada, todos llevaban la barba muy blanca, todos vestían un hábito remendado, todos iban en fila, unos detrás de otros, por los inmensos claustros.

Si uno se paraba, todos se paraban: si uno tropezaba, todos tropezaban: si uno cantaba, todos cantaban. Daba gusto oírles trabajar. Uno serraba la madera, otro pelaba las patatas, otro cortaba con las tijeras, otro golpeaba con el martillo, otro escribía con la pluma, otro limpiaba la chimenea, otro pintaba cuadros, otro abría la puerta, otro la cerraba.

Kikiriki, cantaba el gallo: todos los frailes se levantaban, se estiraban un poquito y bajaban a rezar. Tan, tan, tocaba la campana fray Balandrán; los frailes corrían a comer o a contar o a trabajar. Todos rezaban juntos, estudiaban juntos, abrían y cerraban la boca juntos.

Fray Perico y su Borrico (El Barco de Vapor, 1980), Juan Muñoz Martín
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