Una corona de espinas para albergar los fondos del patrimonio cultural español
La biblioteca del Instituto del Patrimonio Cultural de España se encuentra en la Universidad Complutense de Madrid y es referencia bibliográfica en materia de conservación y restauración. Esta joya arquitectónica alberga uno de los grandes tesoros de nuestra historia a pocos metros del centro de Madrid.
A raíz de las guerras mundiales y sus devastadoras consecuencias en el patrimonio, los países occidentales deciden crear una serie de centros para su preservación, también con el objetivo de contar con profesionales que se dediquen a restaurarlo en el caso de catástrofe. Así tuvo lugar la génesis del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), situado en la Universidad Complutense de Madrid en 1971.
Su función es la conservación, restauración, investigación y difusión del patrimonio cultural español mueble, inmueble e inmaterial, así como la formación especializada. Por ello, en su plantilla se pueden encontrar diversas disciplinas, desde arqueólogos hasta científicos pasando por historiadores o restauradores.
Situado en un edificio, diseñado por Fernando Higueras y Rafael Moneo en los años 60, conocido como “la corona de espinas”, por su peculiar arquitectura que le ha hecho merecedor del Premio Nacional de Arquitectura y ser testigo del rodaje de diversas series y películas del cine español como “30 monedas”, “Tiempo después”, “La piel que habito” o el anuncio de Línea Directa con Matías Prats, en su interior también alberga la biblioteca, diseñada por Higueras y Antonio Miró en 1985. Bajo el cilindro de hormigón que soporta el patio central se encuentra la que fue la primera biblioteca de planta circular construida en España.
Este centro especializado alberga los fondos bibliográficos del IPCE, que no paran de crecer y la han convertido en referencia bibliográfica en materia de conservación y restauración del patrimonio cultural español. Aunque cualquier ciudadano puede acceder a ella presentando su DNI, ahora debido a las medidas tomadas con motivo de la pandemia, es necesario pedir cita previa para acudir a consultar los fondos.
Compuesta por tres anillos, distribuidos en tres niveles distintos, esta biblioteca contiene fondos de libre acceso para los usuarios, dos áreas destinadas a depósito y otras dos a almacenes. Un total de 568 metros cuadrados, dignos de ser visitados por su peculiar disposición, que albergan más de 48.700 monografías, 2.060 títulos de revistas, así como otros materiales sonoros, audiovisuales, mapas o planos, entre otros muchos.
Aunque dispone de un presupuesto discontinuo, pues depende de las partidas que le destine el Ministerio de Cultura y Deporte, la última adquisición que se hizo, que fue en 2018, estuvo compuesta de 178 monografías y 59 títulos de revistas.
La biblioteca cuenta con tres trabajadores que prestan servicios de consulta de fondos, préstamo de libros, reproducción de documentos, intercambio de publicaciones o formación. Su público está formado por un perfil con un alto nivel de formación y muy especializado, mayoritariamente pertenecen a la plantilla del propio instituto, aunque también acuden a ella estudiantes universitarios, de postgrado o investigadores.
Las ponencias de congresos, los artículos de revistas y las monografías de materias muy especializadas son los títulos más demandados por su público. Además, el IPCE dispone de algunas publicaciones propias, muy valoradas por los usuarios, como la revista “Informes y Trabajos”, las actas de congresos organizados por la institución o el álbum fotográfico japonés de finales del siglo XIX del fotógrafo Kusakabe Kimbei.
Entre las actividades que organiza, se encuentran las visitas guiadas, a través de las cuales se pueden conocer las instalaciones y el trabajo que los profesionales del IPCE realizan.
Un lugar emblemático digno de ser visitado.